Sobrevolando Barna Tras un pipazo, me dispongo a escribir. Estoy en Praga, a un día de finalizar mi viaje, faltando cinco minutos para las ocho de la noche. He logrado encontrar esos momentos, pacíficos momentos de soledad, en los que he podido encontrarme conmigo misma -y por consecuencia- con la variedad de cepas que ofrece